La baraja del tarot es un mazo de naipes que se utiliza en el arte de la adivinación a modo de interpretación y consulta acerca de hechos pasados, presentes o futuros. Su origen, como ya hemos enunciado al comienzo del texto, data de la Edad Media. Los experimentados lectores pueden interpretan cada una de las tiradas que realizan en función de la disposición y el orden de las cartas.
¿Qué son los arcanos mayores y menores de la baraja del tarot?
Como ya sabes, la baraja de tarot consta de 78 ilustraciones. Estas ilustraciones o cartas están divididas en dos conjuntos: los arcanos mayores y los menores. El grupo de los arcanos mayores está compuesto por 22 ilustraciones y el de los menores por 56.
El grupo de arcanos menores se divide, a su vez, en cuatro subgrupos que están muy bien diferenciados: espadas, copas, bastos y oros o pentáculos.
El simbolismo de los arcanos mayores es más elaborado y son cartas que reproducen el reflejo alegórico relativo al viaje interno del consultor. Hacen referencia a su destino, su estado anímico, las dificultades a las que ha tenido que enfrentarse, sus decisiones personales y a las energías que le rodean.
Aunque no se pueda demostrar con total certeza, se cree que el mazo de naipes del juego moderno se originó con la baraja del tarot, en el que el Joker es la representación de los arcanos mayores en la conocida carta de ‘El loco’.
A modo de curiosidad, cabe mencionar que en Francia se cambiaron los palos de la baraja italiana representada por copas, bastos, espadas y oros por corazones, tréboles, picas y diamantes respectivamente. Esta baraja fue la que originó el popular juego del Póquer. A partir del Tarot de Marsella francés y los tarots italianos surgen el resto de tarots europeos. Los satíricos y el de Etteilla surgen a modo de burla de la clase política y de la nobleza.
A comienzos del siglo XIX y finales del XVIII todo lo relacionado con el tarot se consideraba mágico y místico. Los naipes se utilizaban en Bolonia para predecir temas relacionados con la fortuna. Aunque su utilidad en el arte de la adivinación aparece en 1840 de la mano del precursor de las escuelas más contemporáneas conocidas del tarot: Eliphas Lévi.
Cada uno de los diferentes tipos de tarot tiene una serie de características muy particulares. Es tan infinito como sus mazos, y la variedad y la magia que existen en cada uno de ellos. Las ilustraciones varían, aunque la simbología aduce al mismo patrón.